lunes, 12 de octubre de 2009

Quizás te reís de mi histeria cotidiana,
de mis delirios permanentes,
de mi monólogo y mi sarcasmo.
De mis discursos, de mis metáforas.
De mis despistes, de mi humor a la mañana.
De mi pelo revuelto y sin arreglo, de mi sonrisa.
Quizás te reís, te reís y luego te cansas, te aburrís.
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